Noches...

Esa noche sentía pena, dolor y angustia; sin embargo estaba terriblemente inspirada, las palabras fluían de mi con gran velocidad.
No sabía exactamente porqué sentía aquello, pero si que el escribir me alejaba de ese mal estar.
Nadie podía entenderme a nadie se lo podía explicar puesto que ni yo misma lo entendía, solamente quedaba resignarme y esperar a que pasara.
Esa noche descubrí que el sentimiento pesimista comenzó hace mucho y desde entonces siempre estuvo ahí, a veces ocultado entre una felicidad efímera, desde entonces lo vi.
Mi forma entera de ver las cosas había cambiado y yo apenas me había dado cuenta, hasta entonces.