martes, 10 de septiembre de 2019

Salté.

Estoy flotando en el vacío
todo está oscuro y no puedo ver más allá de un palmo de mí
no sé como sentirme, pues la ausencia de gravedad me enajena.

Voy moviéndome con cuidado, desplazándome con miedo de herirme
dentro de mí una sensación me dice que siga por aquí, que todo irá bien.

El temor se va en cuanto recuerdo todo lo que viví y que saltar es solo por seguirme a mí.
Las heridas se cierran aunque dejen huella.