Estamos confusos y en ocasiones las circunstancias
nos lían aún más.
No vemos que lo que queremos está delante de
nosotros y cuando lo perdemos, sale a la luz.
Hace falta perder algo para darse cuenta del
valor que tiene realmente.
Y fastidia descubrir que cuando estabas feliz, vivías engañado, no solo por algunas personas si no por ti
mismo.