Empezaba a ver la luz del sol y sentía la brisa en mis mejillas.
Daba igual mis tropiezos porque no caía y seguía adelante,
hasta que mi yo del pasado decidió que ahora era el mejor momento
cuando pretendía sacar lo mejor de mí, ella volvió a salir.
Se me escapó, la angustia, la ansiedad y las ganas de acabar...
Todos los problemas que parecía que había afrontado ya, volvieron en formas de dudas.
Sé que podré con ellos, pero esta noche no, quizás mañana.