jueves, 1 de diciembre de 2011

Y dar contra el suelo una vez más. En contacto con la realidad.

Sí, ciertamente, me encanta escribir cosas tristes, negativas y pesimistas. Me gustan, la verdad. Aunque si os preguntáis que si las escribo porqué ello me gusta os equivocáis... realmente si es porque me hace sentirme mejor, pero tras estar rayada o negativa un buen par de horas. Las cosas me suelen desilusionar con frecuencia, y la única culpable soy yo, la vida me demuestra mil veces que no he de hacerme ilusiones, y yo, tonta de mí, sigo creándome las mismas ilusiones una y otra vez. 
Lo que más me asusta es pensar en mi futuro, no le veo sentido. No me veo salida. Me veo en un bucle, una espiral. No me importaría estar sin rumbo porque algún día llegaría a mi destino pero, repetir una y otra vez lo mismo no me agrada. Posiblemente sea eso lo que me pasa lo que me haga decaerme, pienso, me ilusiono con que mi vida cambiará y será mejor y me demuestra el mundo que no. 
También está la incertidumbre  de que si lo que hago esta bien hecho, no lo sé, nunca lo podré saber, pienso mil veces que si estoy equivocada o que si me equivocaré. 


Quizás sea todo ello el motivo de mi "desdicha". O quizás no.

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